martes, 21 de julio de 2009
LoS CaMbIoS En El CeNtRo HiStOrIcO
Hace algunos días tuve la oportunidad de visitar el Museo Nacional de Historia, y dentro de muchos objetos de valor que resguardan sus instalaciones, repentinamente capturaron mi interés tres fotografías que adornaban las paredes del recinto y que atestiguan algunos cambios en el Centro Histórico.Lo primero que observo, es una fotografía de la fuente ubicada en la plaza de la constitución (otrora parque central), en el centro histórico. Me llama mucho la atención, que la imagen tomada en el año de 1943, muestra que la misma, originalmente, poseía siete copas y no tres como pensamos o pensábamos muchos hasta la fecha.Imagino que por sus dimensiones, realmente debe haber sido hermoso verla funcionar, e incluso, sentir la refrescante brisa que emana de la misma con la complicidad del aire, como todavía sucede hoy día con sus tres copas.Continúo mi recorrido y me encuentro frente a un cuadro que le pone imagen a algo sobre lo cual solamente había escuchado. En el mismo visualizo la ubicación original de la fuente Carlos III. Si, esa que todos los capitalinos vemos con frecuencia cuando pasamos alrededor de la Plazuela España, sobre la séptima avenida zona 9.Al fondo se aprecia el frontispicio de la Catedral Metropolitana y parte de lo que antaño fueron las instalaciones del Colegio San José de los Infantes.Nótese como algo curioso, que entre la nave central y las dos torres de campanarios del santuario, se encuentran las esculturas de dos vírgenes, y que asumo corresponden a la virgen de La Asunción, patrona de Guatemala (es un detalle que actualmente no existe).Finalmente, la tercera y última fotografía, es algo con lo que estoy más familiarizado. Aunque no viví la experiencia de recorrer la sexta avenida de la zona 1, en su época de mayor esplendor, todavía tuve la oportunidad de sextear (caminar a lo largo de la misma), sobre banquetas inmunes al comercio informal y en medio de edificios, cuyos negocios, daban fe del apogeo económico alcanzado años atrás.Fueron tiempos en los que todavía, la sexta, intentaba mantenerse como un importante polo de desarrollo económico y comercial. Por lo mismo, se apostó en la construcción del edificio de la Plaza Vivar, que para una idea de los más jóvenes, era en ese entonces, uno de los mejores espacios para albergar oficinas y comercios.
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