El Gran Jaguar, Tikal
Hay lugares a los que probablemente no regresaría más, pues me daría por 
complacido por el hecho de conocerlos y visitarlos una sola vez, sin embargo, existen otros a los que podría ir repetidamente para admirarlos con el mismo asombro y entusiasmo de siempre por su belleza propia, o bien, llamado por la necesidad de revivir una grata experiencia vivida en el lugar.Este es el caso de las ruinas de Tikal, legado de la civilización maya que se impone en el corazón de la selva petenera a través de sus majestuosas pirámides.Al llegar a la acrópolis central y parado frente a la edificación conocida como el Gran Jaguar, la observo detenidamente y hace que me pregunte ¿cómo le hicieron?.Me pierdo por un momento en mis pensamientos en un silencio total, en el que no hay cabida ni para el canto de las aves, ni el bullicio de los monos aulladores, solamente para el
grito de mi nombre que me recuerda que no tengo todo el día para seguir divagando sobre las posibles respuestas a mis interrogantes.
En fin, es hora de seguir el recorrido junto con otros colegas de los medios de comunicación por dicha zona y apostar para no ser el último en subir las escaleras que llevan a lo alto del templo IV.
No hay comentarios:
Publicar un comentario